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METAL LUBE FORMULA ALTA POTENCIA
METAL LUBE FORMULA ALTA POTENCIA
La Fórmula Alta Potencia, es sin duda el tratamiento antifricción más eficaz que existe en la actualidad. Desarrollada especialmente para responder a las altas exigencias de la competición. Las características de estos motores son extremas y el lubricante debe tener la capacidad de eliminar los rozamientos internos del motor, la película de aceite debe garantizar una gran velocidad de deslizamiento sin comprometer la fiabilidad, y garantizando el enfriamiento. Las limitaciones físicas soportadas por la mecánica y por el lubricante son enormes. Un pistón pasa de 0 a 37 m/s, 600 veces por segundo. Las presiones de las levas que accionan las válvulas son del orden de 100 toneladas/m2, bajo esta presión el aceite se convierte en sólido. El lubricante es calentado y cortado, por tanto la película se puede romper, y en este caso se producirá una pérdida de potencia y un alto riesgo de daños en el motor.
En los motores de competición, la evacuación de calor resulta primordial, sobre todo a nivel de fondos de pistón que alcanzan una temperatura cercana a los 400ºC.
También hay que prestar mucha atención a la oxidación, en algunas superficies reducidas, los contactos metal-metal generan puntos muy calientes. El lubricante mismo produce calorías por el cizallamiento que se le impone, las elevaciones de temperatura sobre volúmenes bajos, alcanzan varios cientos de grados en una fracción de segundo. La oxidación del aceite ocurre por una reacción con el oxígeno, y da lugar a la formación de hidroperóxidos que posteriormente desencadena la generación de otros compuestos como ácidos, resinas, barnices, lodos y otros depósitos carbonaceos como el polvo, tierra y partículas de desgaste. Todo esto significa la destrucción del aceite.
Bajo estas condiciones de descomposición el aceite, lejos de lubricar y proteger el motor, se convierte en un agente nocivo, acelerando el desgaste, la corrosión, el taponamiento de conductos de lubricación y filtros, pudiendo llegar a generar fallas catastróficas.
Con la Fórmula Alta Potencia, se pueden reducir estos riesgos, dotando al motor de la máxima fiabilidad y conservando e incluso aumentando sus prestaciones en competición.